¿Qué es La Coleccionista de Lágrimas?

Atento a la sinopsis en el primer apartado de la columna de la derecha :) Disfruta de la lectura.

5.2.10

Cap. Dos

-¡Claro! ¿A caso alguien más vive aquí?
-Algún ratón que busca las migajas de la cena... los cuervos que vienen a quitarme lo que es mío, mi sombra cansada de vivir en silencio...-Contestaba Catherine mientras se acercaba con incredulidad hacia su pequeño amigo rebosante ahora de vida.
-Pero ninguno de ellos habla.-Contestó el muñeco.
-Y tú tampoco deberías.
-¿Y me lo dices tú, que sobrevives con un agujero en el pecho por el que podría pasearse un jilguero?- Rubber parecía molesto.
-No pretendía ofender. Sólo que, no entiendo.-Se sentó con delicadeza sobre la colcha, esforzándose por recordarse mentalmente quién era y donde estaba, para asegurarse de que no había perdido la cordura.
-Aquí no hace falta entender nada, Cat. ¿Qué te ocurrió en el pecho?
Catherine se palpó con cuidado los bordes del agujero que allí tenía. Luego, rozó sus costillas y notó ligeramente el hinchar y deshinchar de su pulmón izquierdo. Sabía perfectamente que ahí faltaba algo.
-No lo sé...-Contestó con la mirada perdida, moviendo en círculos la mano.
-¿Tampoco te acuerdas de eso? Si no lo intentas, jamás podré memorizarlo para contártelo cuando lo olvides.
-De modo que todo es cierto... Durante este tiempo has escuchado y almacenado cada una de mis palabras.
-Sí.-Rubber asintió con la cabeza.-Esa fue la misión que me encomendaste.-Catherine esbozó una sonrisa.-Haz un esfuerzo, Cat.
Apartó la vista de su cama y la posó en la ventana que continuaba abierta. Le hubiera gustado despegar su mente de aquél estropeado cuerpo y volar a través del alféizar, pero escapando no iba a conseguir evitar el dolor del recuerdo.
-Yo...-Cat se levantó lentamente. Rubber agudizó sus orejas llenas de tela, apreciando el esfuerzo que Catherine estaba realizando.-Yo... Axel era todo. Sí... Axel, sentía algo por él. Algo que me llenaba el...-Volvió a tocarse el frío agujero del pecho.-Hacía 'pum-púm, pum-púm, pum-púm'...
-¿Tu corazón?
Catherine se volteó violentamente.
-¡Mi corazón! ¡Sí! ¡Estaba aquí! Y latía, ¡latía fuerte cuando él estaba cerca! 'pum-púm, pum-púm, pum-púm'...
-¿Y qué ocurrió, Cat?-Rubber intentaba sonar compasivo, tranquilizador.
-Nos conocimos una mañana que hacía mucho calor, demasiado para Dalarna. Yo estaba en la fuente y contemplar sus ojos hizo que se me cayera la vasija que llevaba en las manos, como si esa mirada marina controlara mis músculos. A partir de ese día, me despertaba cada mañana con flores, con sonrisas bajo mi ventana. No fue necesario demasiado esfuerzo por su parte para que me enamorara de él, de hecho, creo que lo hice en el primer momento en el que sentí su presencia en mi espalda. A mi padre, mi pobre y difunto padre, jamás llegó a gustarle. Le parecía un engreído, un interesado y un fracasado en sus negocios. ¡Absurdo! Solía contestarle yo, mi continua respuesta siempre fue que Dalarna era muy pequeña para sus espectativas y que en cuanto nos fueramos a Estocolmo, las cosas cambiarían. Pero era yo quien se equivocaba... ojalá hubiera atendido a los consejos de mi padre...-Catherine sonrió para sí misma mirando al suelo, imaginando la imagen de su padre acariciándole la cabeza. Sabía que si viviera, jamás le hubiera reprochado nada y se habría limitado a consolarla revolviéndole el pelo como acostumbraba a hacer. Tras unos instantes, salió de su ensimismamiento.-Como él solía decir,-prosiguió-¡más sabe el diablo por viejo que por diablo! Con el tiempo, Axel se fue volviendo arrogante y distante. Compramos esta cabaña... bueno, yo compré esta cabaña, él siempre me decía que me pagaría su parte cuando dieran fruto sus negocios. Y cada día iba desapareciendo su sonrisa, las flores, la mirada que me llevaba al cielo... Sólo le importaba el dinero que salía y jamás entraba, la gente de este pueblucho que no caía en sus tretas... Y una tarde de Noviembre, el 28 si no recuerdo mal... Me llevó al parque. Fue una tarde perfecta, con sol entre el frío, como la esperanza de que toda nuestra mala racha podría verse iluminada. Parecía que todo volvía a ser como antes, Axel rebosaba felicidad, sus gestos volvían a envolverse de ternura y amor... Y yo sentía que iba a reventar de emoción, que el corazón se me saldría del pecho. Pero al volver a casa todo dio un giro horrible...-Catherine tembló.


Continuará...

3 comentarios:

enne dijo...

Es muy bonito :)

Jimena del Solar dijo...

Pues mi padre tampoco suele eqivocarse y no es que le haga mucho caso yo! Ojalá no me encuentre con un Axel.. aunque a decir verdad creo que ya me lo encontré!

Jimena del Solar dijo...

PD: Sigue que me dejas con la intriga!